miércoles, 26 de marzo de 2008

Vamos a Pago del Vicario (Ciudad Real) y paramos en las Pedroñeras.

Este fin de semana nos acercamos con unos amigos a ver la bodega de la "Multinacional" Pago del Vicario, en la carretera de Ciudad Real a Porzuña. Aquí puedes echar un vistazo a la historia de esta joven bodega.

Antes de llegar y como nos pillaba a medio camino desde Gandia, nos pasamos a conocer el Restaurante Las Rejas, de Manuel de la Osa. Aquí unos cuantos comentarios de Verema, que la verdad nos asutaban un poco, y más sabiendo que el desembolso a realizar es abultado (sobre todo por el tema de las raciones pequeñas). De todas formas teníamos que comprobarlo por nosotros mismos y damos fe que comida hay de sobra.

Desde luego el local no es que sea facil de encontrar, pero, más que nada porque la entrada no da ninguna pista de que es un restaurante de más de 100€ por barba, es más no parece ni de 15€. Menos mal que la carta está en la calle y es, en ese justo momento en el cual te das cuenta que estás ante uno de los templos de peregrinación en la gastronomía Española.

La entrada es agradable, con decoración clásica y varias estancias para reservados. Nuestra mesa, cerca de la cocina era muy cómoda y con una buena separación de las demás. El servicio es bastante numeroso y muy profesional, aunque al ser domingo y festivo se les veía atareados.

No miramos la carta pues queríamos el menú degustación largo 80€ + IVA, y además, cada plato suele rondar los 24 - 32 € con lo cual casi interesa el menú por poder probar más cosas.

La carta de vinos es un poco "triste" para la calidad que se le presume al local. Triste porque menos algunas referencias especiales, parece una tienda más que una carta. Añadas muy jóvenes de vinos que deberían de reposar unos cuantos añitos más. Ninguna sorpresa. De echo intentamos probar cosas que no hubiésemos bebido y resultaba un poco complicado. Menos mal que las joyitas que encontramos se defendieron como jabatos y más teniendo en cuenta que se movían en la parte baja de precios.

Empezamos con un Avi Arrufí 1998 Gran Vino de Guarda. Un vino de Vinos Piñol y que pese a que su consumo óptimo era como máximo el 2004, nos avenzamos a pedir esta botellita para ver como estaba y como evolucionaba, pues son pocas las veces en las cuales puedes probar un vino ya evolucionada y presuponiéndole una buena guarda.

Desde luego el vino estaba un poco más evolucionado con color tirando a cobre, pero con la decantación desaparecieron los olores de reducción y el vino incluso se animó para dar algunos toques y destellos de lo que en su día fué con un claro olor a frutos rojos, balsámicos y barniz. Seguía siendo un vino bien estructurado, con una muy correcta acidez y que gustó bastante por su complejidad y evolución en copa. Desde luego fue arriesgada la selección pero teniendo en cuenta que si no estaba en condiciones se podía devolver pues no se indicaba lo contrario y su precio unos 25€, fue una opción acertada.



Empezamos con 2 aperitivos, un ajoarriero con huevas de arenque muy bueno y una crema de foie (demasiada fría).





Luego otro aperitivo que era un queso manchego tierno rebozado con tomate, membrillo y tapenade, correcto y una empanadilla de morteruelo.



Seguimos con una moluscada, berberecho, almeja y navaja crudo, o casi, con un agua de tomate. Muy frescos los moluscos pero un poco de temperatura hubiese hecho más apetecible el plato.



Seguimos con una almeja a la plancha con una salsa de aceite al azafrán. Mejor plato dada la temperatura y calidad del producto.



Empezamos una botella de Arrayán Premium 2003, el vino top de la bodega Las Cuatro Rayas, y que si los monovarietales ya rozan lo sublime, este coupage de lo mejor de la casa no desmerecía para nada. Tan solo un poco más en botella hubiese mejorado la cata. 42€ en carta.



En platos probamos también una langosta a la plancha con foie plancha y tocino. (No hay foto). Muy buenos todos los ingredientes, pero sin aparente maridaje entre ellos, un poco tonto vimos el tener que comer la langosta, luego el foie y luego el tocino, pues si no se hubiese comido un sabor al otro. Calidad de producto, pero preparaciones muy básicas.

También tomamos una ensalada con pichon y micromezclum (No hay foto tampoco). Igual buenos ingredientes pero la vinagreta era imperceptible. No entiendo tampoco el plato.

Luego nos obsequiaron con el plato que ganó el premio Madidfusión de este año (no lo he podido comprobar en la web). Rissoto de piñones, con trufa y queso. Un buen plato con una gran calidad de producto aunque algo frío pues los piñones estaban montados con una crema de queso fría muy suave.



Luego un consomé de ave gelatinizado con un huevo poche y huevas de arenque encima (otra vez las del aperitivo). Bueno aunque algo frío de temperatura. Me hubiese gustado más atemperado. Eran demasiados platos fríos.



Otro plato, foie macerado en vino tinto, con reducción de vino y sal de setas. Otro plato más con foie... y falto de algo de temperatura. Correcta la matería pero un poco cansino ya el tema del foie.



Empezamos otra botella, el Gran Fontal Reserva 2001. Muy bien de precio 25€ la botella. El vino se comportó como lo que esperábamos, untoso, glicérico pero sedoso. Muy buen vino con olores a la tierra en la que estábamos. El único pero fue que pecó de corta evolución, aún así maridó perfectamente con uno de los platos que estaba bien resuelto. Gazpacho manchego. El único pero que le veo al plato es que otra vez había pichón y, ya lo habíamos tomado en la ensalada.




Empezamos con el plato de pescado. Lubina con crema de guisantes, y puré de patata. Buenos los guisantes y suave el puré. La lubina no nos convenció a ninguno de los 4. Desde luego debería de haber puesto algún pescado más rotundo o con un sabor más potente. Sobre todo porque veníamos de un plato como el gazpacho y acabamos con...

Carrillera de ternera y su molleja. Plato correcto y de gran calidad en materia pero muy sencilla elaboración y poco acierto en la combinación de sabores. Más teniendo en cuenta que la alcachofa poco pintaba, más que nada porque variaba mucho la percepción del vino. Muchos cocineros no tienen en cuenta lo que van a beber los clientes y solo piensan en la cocina, pero Manuel de la Osa también hace vino y esperaba que se preocupase un poco más por estos temas. Ni escabeche ni alcachofa, gracias.





Los postres fueron un arroz de polvorín (sin leche) con helado y crujiente de naranja. Correcto.

Y una gelatina de café con una mousse de chocoloate blanco. Bueno.

Petit fours muy buenas y 5 cafés (2€). 460€ para cuatro. Unos 115€ por cabeza.




A destacar el servicio, el pan muy bueno, la acertada elección de los vinos. Y más teniendo el cuenta el precio. Demasiada comida y íbamos con hambre...

martes, 4 de marzo de 2008

Del gorrino me gusta... hasta los andares!

"Lliber es un pueblo que conforma la Vall de Pop.Un conjunto de pueblos que les une una gran belleza paisajística y alto valor ecológico. Desde las calas costeras de Benissa a las altas cumbres de Castell de Castells se suceden valles y montañas, Bosques de pinos, carrascales y fresnos, y algún que otro ejemplar de tejo o madroño, impregnan de un color especial este paisaje, conviviendo en laderas montañosas con abancalamientos de anchos márgenes de piedra caliza, vestigio de otros tiempos. Muchos, todavía conservan plantaciones de almendros, olivos y algarrobos centenarios, y es frecuente encontrar ruinas de corrales o cobertizos de labranza, así como algún que otro pequeño pozo o manantial.

En el llano, los pueblos, de calles estrechas y fachadas encaladas, coronados por vigilantes campanarios y, en su entorno, cultivos de naranjo o viñedo según la peculiaridad agrícola local.

Al atractivo que supone, para un visitante, el Paisaje de la Mancomunitat, hay que sumar su excelente Gastronomía, representada por infinidad de pequeños platos de sabor local y rural, preparados con productos de la tierra a los que se unen otros que llegaron con los inmigrantes que a lo largo de la historia se asentaron en La Vall, caso de los embutidos de raíces baleáricas y el cous-cous del norte de África."

Con estos precedentes nos fuimos a disfrutar de uno de los días de fiesta grandes que se celebran. La matanza del cerdo. Una vez se sacrifica el gorrino, el restaurante La Vall de Pop de Lliber organiza una gran barbacoa, donde puedes acceder y comer todos los productos que se hayan elaborado con el animal, alguno más, y también se elabora un delicioso arroz con pencas y unas manitas con garbanzos. El restaurante La Vall de Pop ha ganado el concurso de Fideua de Gandia así como varias veces ha quedado finalista.

Solo queda poner las fotos para que veais el espectáculo que se montó...