
Jalón, situado en el NE de la provincia de Alicante, en la comarca de la Marina Alta es un municipio conocido en la zona por la excelencia de sus embutidos artesanos, aromatizados con las hierbas típicas de la zona. Aprovechando que era domingo y podíamos comprar algo de este embutido, nos acercamos a comer al Restaurante Caramull.
La cocina del Restaurante Caramull se define como platos tradicionales pero actualizados, ya que Inés y Xaro han sabido adaptar los platos típicos de la cocina valenciana, como l’olla de blat, los minjos, e incluso los arroces, dándoles un toque personal al combinarlos con flores, plantas y especies de la montaña de Alicante.
La carta consta de varios entrantes y ensaladas, 5 carnes, pescados del día y arroces. El domingo hacen cous cous de la marina.
Empezamos con varias entradas para compartir, pues nos interesaba probar todas las cosas tan sugerentes que ofrecían.
De aperitivo sirvieron un rollito de mango con queso fresco blanco y semillas.

Luego empezamos con unas muy correctas anchoas con aceite de oliva y tomate seco. (3.6€ una ración para compartir. Casi todo una ración aunque la partían en 2 para que lo probásemos. Detalle por su parte).

Luego cazón secado en la barca, con aceite de oliva y tomate fresco rallado. (7€) Impresionante el plato avanzado la calidad de las materias y el cuidado que tienen en la realización de los platos.

Luego nos pusieron 2 galletas de cacahuete con pera caramelizada y morcilla. (2x2.8€)Sublime. Menos mal que pusieron 2 porque sino nos hubiésemos peleado por las migajas.

Luego un minjo de perelló caliente y jamón ibérico. Otro plato acertado. (3.10€)

Seguimos con negreta rebozada con harina de cacahuete acompañada de pimiento italiano con uva y salsa de soja (7.90€). Otro plato memorable, el pescado muy fino con el rebozado y el acompañamiento sublime.

El mejor Sepionet que he probado en tiempo, relleno de una gamba casi cruda. Solo hace falta ver las fotos para ver lo fresco de los ingredientes.


Y para finalizar las entradas un figatell de cordero, envuelto en berenjena y cob noniato. Muy bueno el figatell, y los contrastes. (2.8€)

De segundos y para probar la maestría con las brasas probamos conejo marinado con hierbas de la sierra y un entrecot de buey de asturias (9 y 15€). Los segundos no desmerecieron, el entrecot estaba macerado en cámara, bastante tierno y el conejo muy correcto.


De postre una milhojas con helado de vainilla y chocolate caliente (4€)

A destacar en los petit fours el turrón de cacahuete. Típico de la zona y bastante complicado de conseguir a no ser que te lo hagas tú.

Para acompañar la comida tomamos un Pétalos del Bierzo 2006. La carta de vinos no es muy amplia, es lo único que puedo criticar, pero los vinos no tienen un precio muy elevado.

Gran comida, gran embutido, gran día...